Cuando parecía que el invierno se iba a acabar, se alargó bastante más. Días oscuros y de lluvia, aunque el sol ya lucía con vigor en el cielo. Algunas veces, la luz externa se proyecta dentro de mi cabeza, otras desaparece en ese fundido en negro eterno que me persigue.
«Poco a poco, todo duelo tiene su proceso«, me dicen, y mientras, yo me dedico desde aquel momento a relativizarlo todo, a ver la vida con otros ojos, a valorar los minutos junto a la gente que quiero, a disfrutar de esas largas tardes de primavera y a recordarte.
La foto es de Nick Scheerbart