Todo empieza con un pequeño olvido. Esa primera vez es un despiste sin importancia, nunca puede ser el primer paso de un camino sin retorno.
Todo acaba sin saber cómo empezó. Una nebulosa se apodera de tu cabeza mientras un grupo de desconocidos te rodea y se interesa por ti. Ese no puede ser el último paso.
La foto es de José Martín