Nos equivocamos cuando nos encerramos en nuestro mundo y somos incapaces de ver un poco más allá.
Cuando no empatizamos con los que tenemos al lado y despreciamos sus anhelos.
Nos equivocamos cuando no expresamos bien nuestros sentimientos y creamos situaciones equívocas que no se ajustan a la realidad.
Nos equivocamos cuando nos hacemos daño, a veces conscientemente, otras de manera involuntaria, pero sobre todo cuando somos incapaces de pedir perdón.
Nos equivocamos si no nos expresamos libremente porque priorizamos el deseo de no generar conflicto antes de dar la opinión sobre algo que nos importa.
Nos equivocamos cuando bajamos los brazos, cuando miramos hacia otro lado, cuando callamos, pero también cuando no aceptamos el error y nos frustramos porque no hemos sido capaces de estar a la altura, cuando no nos abrazamos, cuando dejamos de llorar, cuando no nos emocionamos, cuando cerramos los ojos y miramos a otro lado.