Vimos juntos la premiere de ’42 segundos’ y compartimos recuerdos de aquellos momentos sentados cómodamente en las butacas de Phenomena. Me volvió a felicitar de nuevo por ‘Eterno Rollán’, que aquel mismo año habíamos publicado y me agradeció que explicar aquella historia, que estaba en el cajón del olvido del mundo del waterpolo y aparcada en la cabeza de los que vivieron aquellos días, le había hecho muy bien a todos ellos.
Era el verano de 2022. A aquel estreno fui con Aina, mi hija, que siempre me agradece habérselo presentado. En octubre se anunció la triste noticia de su muerte. A Pepe Ruiz Orland lo conocí en una de las grandes coberturas, creo que en los Juegos de Barcelona. Admirado y respetado por el mundo de la natación y el periodismo, siempre me trató con proximidad, a sabiendas de que ese mundo -el de los deportes de agua- es tan pequeño que entre todos tenemos que darle pequeños empujones para ganar espacio en los medios.
Pero no solo era un periodista especializado en waterpolo y natación, Ruiz Orland era un todoterreno. Entró a formar parte de la plantilla de RTVE con 25 años, en 1976, y después fue director de Estadio 2, un mítico programa de deportes emitido por TVE desde Sant Cugat. Por ejemplo, suya fue la primera entrevista que un medio español realizó a Diego Armando Maradona antes de firmar por el Nápoles. La hizo en un avión.
Cuento todo esto porque anoche la vida me regaló un momentazo. La Federación Catalana de Natación me condecoró con un galardón extraordinario al mérito periodístico que lleva el nombre de Pepe Ruiz Orland y eso ya me hacía muy feliz, mucho, porque a los periodistas de agencia rara vez se nos reconoce algo, bueno en realidad en ocasiones ni el nombre.
Pero de eso no quiero hablar hoy. El momentazo se produjo al recibir el premio de alguien a quien no conocía. Después del acto y en una emotiva conversación lo conocí.
Carles Ruiz es el hijo de Pepe Ruiz Orland. Me habló de su padre y de lo mucho que le hubiera gustado entregar ese premio, porque, cosas de la vida, consideraba que el periodismo que yo representaba, ese que cada día elaboramos en una agencia de noticias, era el más puro.
Me dijo que tenía a ‘Eterno Rollán’ como una publicación de referencia, de buen periodismo y que le había gustado mucho ayudarnos a Alberto Martínez y a mí cuando decidimos llamar a su puerta para verificar una serie de detalles de aquella época.
Y con eso me quedo. Agradecer a la Federació Catalana el reconocimiento, a la pequeña familia del waterpolo por cómo me ha acogido siempre y a la vida por el momento.