tim-mossholder-pFjMjuZpm24-unsplash

El verano que aprendimos a respirar

Vivir en un continuo equilibrio efímero, no saber qué sorpresa te va a regalar el día, pensar en que tu vida es una ‘sitcom’ que la podría haber escrito el mismo Murphy, sí el de las Leyes.

Todo eso y un poco más ha sido nuestro verano. Un vértigo continuado, un sinvivir sin posibilidad de descanso, un bucle que te invitaba a pensar que todo era producto de la imaginación de un guionista cabrón, que no había acabado de diseñar una escena llevada al último extremo, cuando ya había puesto sus neuronas al servicio de otra situación aún más kafkiana.

Y así un día tras otro, un mes completo, esperando a ver qué es lo que iba a deparar el día: una visita al hospital, una inundación en casa o una llamada anunciando cualquier otra idea loca del puto guionista. Parece que ahora quien se ha tomado un descanso es el amigo de Murphy.

Ya sabéis:

Pero como suele decirse que un mal llama a otro, y que el fin de una desgracia suele ser principio de otra mayor, así me sucedió a mí, porque mi buen criado, hasta entonces fiel y seguro, así como me vio en esta soledad, incitado de su mesma bellaquería antes que de mi hermosura, quiso aprovecharse de la ocasión que, a su parecer, estos yermos le ofrecían, y con poca vergüenza y menos temor de Dios ni respeto mío, me requirió de amores, y viendo que yo con feas y justas palabras respondía a las desvergüenzas de sus propósitos, dejó aparte los ruegos, de quien primero pensó aprovecharse, y comenzó a usar de la fuerza

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha

La foto es de Tim Mossholder en Unsplash

Comparte este artículo

Deja un comentario

6 + 19 =