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La culpa no es de nadie

Por desconocimiento o por omisión, por miedo. A veces tomamos decisiones y en otras ocasiones, decidimos no tomarlas, pero tan trascedente es una manera como la otra de proceder. Aún más complejo es actuar de la misma manera ante situaciones semejantes con un resultado diferente.

Y esa última duda nos perseguirá siempre, porque nos culparemos de no haber actuado a tiempo para evitar lo que ni siquiera imaginábamos que iba a ocurrir después.

Escribo esto poco después de ver los últimos diez minutos de ‘Adolescencia’, y de la tristeza que rodea esa reflexión conjunta de los padres de Jamie cuando se preguntan qué fallaron en la educación de su hijo, por qué actuaron de una manera y no de otra y en qué momento los hijos son auténticos desconocidos para sus padres.

Y mientras, pienso en el título de este texto y en Lucy, que siempre utiliza ese argumento ante cualquier situación de crisis. Así es, exactamente así. La culpa no es de nadie y es de todos, ya sabes: “No culpes a nadie; nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida…”

La foto es de Andrey Metelev en Unsplash

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