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Encuentros casuales por el señor Pegaso

Allí estaba él: camisa marrón y pantalones tejanos oscuros, unas zapatillas NB, escondido tras unas gafas oscuras. Me vio a lo lejos, él ya había accedido al andén y me esperó sentado junto al torno de entrada.

Me alegré por aquel encuentro inesperado. Mientras me abrazaba y antes de empezar a hablar de la vida, que es lo que mejor se nos da, me preguntó por el señor Pegaso. En aquel momento entendí ese encuentro virtual.

En mis sueños aparecen momentos que me ayudan a gestionar emociones, pero también se plantean respuestas ante cuestiones que aún no las tienen, por ejemplo, el futuro del señor Pegaso.

Desde aquel momento terrible, de vez en cuando tengo conversaciones oníricas con Euse , que interpreto como una manera de continuar con la conexión que siempre hemos tenido.

Ahora me reconforta estar a su lado,  ya me hace bien recordarlo. Esas apariciones en mi vida, aunque no sean reales, me hacen sentir que estamos cerca, aunque este tipo de encuentros tienen el inconveniente de que se desvanecen en cuanto los ojos de abren.

No recuerdo la conversación que mantuvimos sobre el señor Pegaso, ni siquiera si finalmente llegamos a tenerla. Llegados a este punto, sé que es un momento de los importantes, en los que hay que estar, en los que hay que acompañar. Días que no olvidaré nunca.

La foto es de Valeria V. via unsplash

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Quien recibe lo que no merece, pocas veces lo agradece