La exaltación de lo vivido, el recuerdo de los buenos momentos, la idealización de situaciones, que muchas veces alteramos a nuestra conveniencia… La nostalgia la estiramos y la transformamos, nos funciona mentalmente y como anclaje.
Recordar forma parte de nuestro día a día, pero no puede ser la cápsula en la que nos refugiamos, aunque muchas veces puede ser donde nos sintamos más cómodos.
Evocar una canción, recordar aquel momento en el que nos sentimos tan bien, recuperar un estilo de ropa, aquel teclado mecánico, encontrar un walkman en un cajón con una cinta de casette en su interior, todo ello forma parte de nuestro pasado, pero nunca va a formar parte de nuestro futuro.
No nos equivoquemos, todo ello no volverá, nunca volverá y solo debe servirnos para tener una perspectiva de nuestra vida, de los aciertos y los errores, de pensar si nos hemos rodeado de las personas adecuadas y de si en aquella bifurcación tomamos el camino correcto.
Una cita
Y una canción
La foto es de Marco Bianchetti, via Unsplash