«En la vida hacemos elecciones, todos los días. Toda decisión es una oportunidad y lo que elegimos muestra quienes somos, no nuestras habilidades»
Ted Lasso
Como estás acostumbrado a ir muy alto de revoluciones, pues no notas nada, nada hasta que el motor se gripa. Cuando se apaga la luz, un pensamiento te lleva a otro, una conexión tras otra, mientras pasa el tiempo, tal vez horas, sin saber muy bien porqué tu cabeza está lejos, muy lejos de donde empezó la primera idea.
La alarma tarda en saltar, pero cuando lo hace, no encuentras el botón para pararla. Igual todo empieza con un pequeño tic en el párpado, con sudor en las manos… No sé. En mi caso fueron temblores espontáneos en lass extremidades que me despertaron de mi duermevela. No entendía nada.
Ha pasado mucho tiempo desde la primera señal y cinco meses desde que he tenido que parar. Literalmente la cabeza me explotó. Demasiadas horas, demasiados mensajes intempestivos, muchos correos fuera de horario, muchos días seguidos sin desconectar y el final no puede ser otro.
Lectura, escritura, bicicleta, viajes y el apoyo emocional e incondicional de mi familia. La receta se completa con ayuda psicológica y con medicación. Ahora hay que tratar el momento más complejo: la vuelta, y para ello me apoyo en una reflexión: «Si no puedes cambiar las cosas, al menos cambia tú».
Os dejo este vídeo de una de las mejores series que he visto últimamente: Ted Lasso (superrecomendable). Él también tuvo que lidiar con el mismo problema.