Te despiertas sobresaltado por esa pesadilla recurrente y respiras aliviado al pensar que solo es un sueño. Un segundo después te vienes abajo al darte cuenta que te has vuelto a engañar. Sientes miedo, terror a cerrar los ojos y lloras y desearías volver atrás en el tiempo y borrar aquel día de tu vida y recordar tantos otros.
Dicen que es una enfermedad que se cura con el tiempo, dicen que hay que tomar distancia y que poco a poco todas las heridas acabarán por cicatrizarse, pero aquí me tenéis:
frágil, desarmado.
La foto es de Noah Silliman