Hay días que me siento como Marco Carrera, ese personaje de «El colibrí«, una maravillosa novela de Sandro Veronesi que todos tendrías que estar leyendo ya, y otros en los que me dejo ir, busco en mi spotify la música de Maria Jaume para que todo fluya de otra manera, y espero cambiar mi suerte.
Es difícil manejar los estados de ánimo. Pensar en lo que ha ocurrido en los últimos meses -casi un año ya- y en que no sabes el camino que queda por delante, ni las sorpresas que tendrás a la salida de cualquier curva.
Pero pese a las dificultades -personales, profesionales y del entorno- quiero sentirme fuerte y confiado. No voy a sacar el paraguas porque ya estoy totalmente calado ni voy a ponerme más tiritas, simplemente porque no hay heridas pequeñas.
Así que persistiremos, que diría aquel, y en casos de emergencia sacaremos del botiquín ‘Antonia Font‘,
pedalearemos a buen ritmo y brindaremos con un ‘Pardelasses‘ por la vida, que nos ha dado tanto.
Pasó la infancia sin darse cuenta de nada y solo por eso su infancia fue feliz
El Colibrí. Sandro Veronesi
La foto es de Jordan Whitt para unsplash