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Leer y escribir

Leer para saber escribir, escribir para ordenas ideas y pensar mejor, sumar y restar para poder multiplicar y dividir.  Es muy simple…

Pensemos las ocasiones -pocas- en las que a diario nos encontramos con la necesidad de rellenar cualquier documento bolígrafo en ristre y las dudas que nos plantea por la falta de costumbre, cuando ya todo lo tecleamos en algún tipo de dispositivo.

Pienso todo esto después de leer que el gobierno sueco ha revertido un plan iniciado en 2015 que promovía el uso de las pantallas en las aulas. Casi diez años después se han dado cuenta de que el uso exclusivo de las pantallas tienen una relación directa con el descenso del nivel de aprendizaje de los alumnos.

Así que han decidido disminuir el uso de ordenadores, tablets y móviles para fomentar los libros de texto, porque leer en una pantalla retroiluminada cansa mucho más que leer en papel es un dato incuestionable. Otra cuestión que les llamó la atención es que en Suecia, en 2018, uno de cada cinco niños de entre cinco y ocho años ya tenía un smartphone.

Si extrapolamos ese dato a España y a cuatro años más tarde,  la encuesta “Equipamiento TIC en los hogares” del INE,  ya nos da pista de lo que está ocurriendo, después de que más del 23% de los menores de 10 años usen más o menos habitualmente un smartphone en los meses anteriores a la publicación del citado estudio.

Y ahora que nos damos cuenta de que los niños leen poco, de que sus habilidades de comprensión lectora  dependen muchas veces de la tecnología, debería ser el momento de actuar y así al menos lo han visto en Suecia.

Creen que “la reforma de la digitalización en la escuela ha ido demasiado lejos”, después de que la pantalla digital pasó a ser obligatoria en preescolar desde 2015 y por eso se han dispuesto a revertir la situación después de darse cuenta de que “los niños están sentados con pantallas gran parte del día. Se  mueven menos, leen menos y usan menos el lápiz y el papel, al mismo tiempo que los libros están cada vez más ausentes”.

Las pantallas y el papel son el ying y el yang. SI los libros de texto, según los expertos, contribuyen “ a la concentración y la tranquilidad en clase”,  las pantallas fomentan todo lo contrario.

Enumerados los datos, podemos avanzar hasta el trabajo de campo. El motivo por el que no existe el hábito de la lectura tiene una relación causa efecto con la capacidad para escribir y, sin comprensión lectora, pierdes otras muchas habilidades.

A los ‘boomers’ nos inculcaron la importancia de leer y de escribir y de, como poco, conocer las cuatro reglas básicas: sumar, restar, multiplicar y dividir. Pensemos por un momento que internet dejara de funcionar por unas horas o que las calculadoras dejaran de cumplir con su función. ¿Sabríamos calcular el descuento de un precio? ¿Seríamos capaces de interpretar lo que leemos sin ayuda para buscar el contexto? Leer, escribir y las cuatro reglas. Siempre con libros.

La foto es de Aleks Dorohovich en Unsplash

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