Ese juego mental de reconstruirte cada vez que te rompes, un día dejará de funcionar. Es más, tu cabeza y tu mismo te lo agradecerá, porque cuando pones el piloto automático, ya nada es como tendría que ser. ¿Te sientes bien con los que te rodean o no tienes más remedio que admitir ese tipo de relaciones para dejarte llevar sin cuestionar nada? Es humana esa capacidad de no complicarse la existencia, de mirar hacia otro lado y de simular que todo esta bien. Eso es lo que haces cuando tu mundo se rompe, lo sé porque no hace tanto que me ocurrió. En el momento de buscar tiritas, nunca las encuentras del tamaño ni de la resistencia que buscas. Intentas que todo vuelva a su sitio, pero la superficie es muy fina y sabes que antes o después volverá a romperse y entonces ya no sabes si será posible volver al punto de partida, aunque tampoco tienes claro que eso es lo que quieras.
Escribo rememorando mi 2022. El colapso de 2021 -una depresión por ansiedad para no jugar con eufemismos- me dejó por primera vez k.o. Casi nueve meses de tratamiento y de terapia, donde te das cuenta de lo débil que eres, cómo funciona (de mal) el sistema y que tú simplemente tienes que protegerte para no hacerte aun más daño. Tratas con médicos de mutuas con ningún escrúpulo, con psiquiatras que hacen un copy&paste del informe de otro paciente para elaborar un informe sobre ti, y que luego son incapaces de rectificar su error, pero también encuentras terapeutas que te reconducen, que te hacen ver ese punto de vista que se te ha escapado, esa válvula de escape desde donde puedes empezar a construir.
Todo lo bueno que ocurrió con ‘Eterno Rollán‘ es puro karma. Las presentaciones, las entrevistas, el vivir tantos años después su vida, el intentar ayudar a la nueva generación de deportistas para no caer en los mismos errores, todas las personas que nos ayudaron a recrear la vida de Jesús y la relación con Alberto Martínez, un tipo con un corazón tan grande como su talento.
La segunda parte del año viví de la inercia emocional del libro, después del proyecto audiovisual en el que estamos embarcados y que nos ha permitido descubrir el mundo de la producción televisiva. Los cimientos están puestos, la primera puerta se cerró, aunque estuvo mucho tiempo abierta, y de la segunda estamos buscando el código de acceso. Por eso 2023 se presenta diferente, con más proyectos y una boda en verano.
Por el camino habrán quedado amigos que pensabas que lo eran y que han acabado por defraudarse a sí mismos; personas que pensabas que eran muy cercanas, pero que acabaron por fallarte; tipos que solo se mueven por interés, otros que no sabes muy bien lo que te unen a ellos, pero con quienes sigues relacionándote…. No sé, mirando hacia atrás, compruebo que me he perdido demasiados abrazos, conversaciones y cervezas con personas que me llenan y con las que tendría que haber compartido mi vida. Porque sabéis: ya ha pasado el momento de de mirar hacia otro lado y de simular que todo esta bien.
La foto es de Hello I’m Nik